miércoles, 7 de julio de 2010



El caldén mágico
Hace unos dias, Luisito paseaba por el campo y de repente se encontró un caldén con un gran cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás.
Luisito probó con abracadabra, chufa, re chufa , tan-ta-ta-chán, y muchos otros hechizos, pero nada. Rendido, se arrodilló suplicando, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y entonces, se abrió una gran puerta en el árbol. Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía: "sigue haciendo magia". Entonces Luisito dijo "¡¡Gracias, arbolito!!", y se encendió dentro del árbol una luz que alumbraba un camino hacia una gran montaña de juguetes , chocolates, panes, tortas, leche chocolatada. Y otras dulzuras.
Luisito salió rapidamente a buscar a todos sus amigos a aquel árbol y organizaron la mejor fiesta del mundo, y por eso se dice siempre que "por favor" y "gracias", son las palabras mágicas como siempre me dice la Seño Laura.

Una mamá muy perruna


“Una mamá muy perruna”



Había una vez…. No, mejor así… En la casa de Martina, no, no… haa… ya sé como empieza… Les cuento que tengo en mi casa una perrita que se llama Osina y es tan cariñosa, tan dulce como los chupetines que me gustan, y un día fue mamá, tuvo un montón de hijitos, peluditos y suaves como peluches. Osina los cuidaba mucho, todo el tiempo los estaba limpiando con su lengua, pero, un día uno de los perritos , que era algo travieso, se escapó, se fue corriendo, corriendo sin saber adonde, o mejor dicho me parece que si sabía adonde quería ir, en realidad el quería jugar con las mariposas , las flores, correr detrás de todos los bichitos y cuanta cosa volaba con el viento, sin importarle por donde pasaba, así fue que , cuando ya era muy tarde, de noche, se acordó de su mamá y los hermanitos. Mientras tanto Osina estaba muy triste porque se dio cuenta que faltaba uno de sus hijitos, después de buscarlo por todos lados en la casa , y cuando estaba empezando a ponerse muy nerviosa, tocaron el timbre en la puerta… y con asombro mi mamá se encontró con una de mis amigas, que traía en el brazo al perrito todo acurrucadito y temblando de frío y muy , pero muy sucio, era una gran mancha de color marrón, lo llevamos con Osina, que a pesar de que estaba tan sucio y maloliente , movía su cola con tanta alegría, sin importarle nada más, ya tenia de nuevo a todos sus perritos.
Con la ayuda de mi amiga Carla, que lo trajo, lo bañamos y lo llevamos con su mamá , que por supuesto le había perdonado la travesura.

Autora:MaryC


“Una mamá muy perruna”



Había una vez…. No, mejor así… En la casa de Martina, no, no… haa… ya sé como empieza… Les cuento que tengo en mi casa una perrita que se llama Osina y es tan cariñosa, tan dulce como los chupetines que me gustan, y un día fue mamá, tuvo un montón de hijitos, peluditos y suaves como peluches. Osina los cuidaba mucho, todo el tiempo los estaba limpiando con su lengua, pero, un día uno de los perritos , que era algo travieso, se escapó, se fue corriendo, corriendo sin saber adonde, o mejor dicho me parece que si sabía adonde quería ir, en realidad el quería jugar con las mariposas , las flores, correr detrás de todos los bichitos y cuanta cosa volaba con el viento, sin importarle por donde pasaba, así fue que , cuando ya era muy tarde, de noche, se acordó de su mamá y los hermanitos. Mientras tanto Osina estaba muy triste porque se dio cuenta que faltaba uno de sus hijitos, después de buscarlo por todos lados en la casa , y cuando estaba empezando a ponerse muy nerviosa, tocaron el timbre en la puerta… y con asombro mi mamá se encontró con una de mis amigas, que traía en el brazo al perrito todo acurrucadito y temblando de frío y muy , pero muy sucio, era una gran mancha de color marrón, lo llevamos con Osina, que a pesar de que estaba tan sucio y maloliente , movía su cola con tanta alegría, sin importarle nada más, ya tenia de nuevo a todos sus perritos.
Con la ayuda de mi amiga Carla, que lo trajo, lo bañamos y lo llevamos con su mamá , que por supuesto le había perdonado la travesura.

MaryC